El Parlamento Europeo aprobó el martes la resolución P9_TA(2022)0279 sobre la salud mental en el mundo laboral digital, en la que se exponen los desafíos de un mercado de trabajo cada vez más digitalizado, a la vez que se proponen diferentes medidas de carácter vinculante dirigidas a proteger la salud mental de las personas trabajadoras.
ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS
El derecho a la salud física y mental es un derecho humano fundamental y todo ser humano tiene derecho al nivel de salud más elevado posible.
La pandemia de COVID-19 ha configurado las prácticas organizativas y de gestión y ha cambiado las condiciones de trabajo de muchas personas trabajadoras en Europa.
La pandemia ha provocado un aumento del teletrabajo a gran escala, que ha tenido consecuencias positivas, como mayores niveles de flexibilidad y autonomía y, en algunos casos, una mejor conciliación de la vida profesional y la vida privada; que, sin embargo, estos beneficios no siempre compensan las consecuencias negativas, como la excesiva conexión, la difuminación de las líneas entre la vida laboral y la vida privada, una mayor intensidad del trabajo y del estrés tecnológico.
Los riesgos psicosociales son los riesgos sanitarios más prevalentes asociados al teletrabajo.
Es necesaria una definición nueva y más amplia de salud y seguridad en el trabajo, en la que ya no puede prescindirse de la salud mental.
Muchas personas en la Unión no disponen de acceso a servicios públicos de salud mental y de salud en el trabajo.
En el marco de las regulaciones sobre salud y seguridad en el trabajo de la Unión, las personas empleadoras tienen el deber de proteger la salud y la seguridad de las personas trabajadoras en todos los aspectos de su trabajo; siguiendo siendo responsables de la salud y la seguridad en el trabajo en el contexto del teletrabajo.
SALUD MENTAL Y TRABAJO DIGITAL
El informe destaca que la pandemia de COVID-19 y la subsiguiente crisis económica han ejercido una enorme presión sobre la salud mental y el bienestar de toda la ciudadanía y lamenta que la salud mental no haya sido tratada como una prioridad del mismo modo que la salud física.
Pide a las instituciones de la Unión y a los Estados miembros que tomen conciencia de los elevados niveles alcanzados por los problemas de salud mental relacionados con el trabajo en toda la Unión y se comprometan firmemente a emprender acciones que regulen y hagan realidad un mundo laboral digital que contribuya a la prevención de los problemas de salud mental, a la protección de la salud mental y a una conciliación saludable de la vida profesional y la vida privada.
Observa que la estrategia de salud mental de la Unión debe tener por objetivo exigir a los Estados miembros que integren la atención a la salud mental con la física.
LA TRANSICIÓN DIGITAL Y LA SALUD MENTAL
Pone de relieve la relación positiva entre buena salud mental, buenas condiciones laborales, salarios adecuados, productividad laboral, bienestar y calidad de vida; señalando que el propósito e identidad de las personas trabajadoras pueden cuestionarse en un contexto de creciente digitalización, lo que puede dar lugar a problemas de salud física y mental; la prevención, por tanto, es fundamental.
La transformación digital no debe conducir al aislamiento y la exclusión social.
Recuerda que los planteamientos proactivos ante la digitalización (reforzar las capacidades digitales en el lugar de trabajo o permitir horarios de trabajo flexibles), pueden ayudar a reducir el estrés debido al trabajo. La Inteligencia Artificial tiene el potencial de mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de vida, incluidas una mayor conciliación entre la vida profesional y la vida privada y una mejor accesibilidad para las personas con discapacidad, de predecir el desarrollo del mercado laboral y apoyar la gestión de los recursos humanos en la prevención de sesgos humanos, pero no debemos olvidar que pueden dar lugar a una vigilancia y un seguimiento desproporcionados, de ahí la importancia de derechos como al de la desconexión digital.
Se pide a la Comisión y a los Estados miembros que velen por que las medidas preventivas y de protección destinadas a erradicar la violencia, la discriminación y el acoso en el mundo laboral, en particular la violencia y el acoso de terceros.
Hace hincapié en que la tecnología y la inteligencia artificial nunca deben utilizarse en el lugar de trabajo en detrimento de la salud mental y el bienestar de las personas trabajadoras.
SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO
Considera que las actuales medidas para mejorar la salud mental y la seguridad de las personas trabajadoras son insuficientes, especialmente por lo que respecta a la evaluación y la gestión de los riesgos psicosociales; pide a la Comisión que cree mecanismos para la prevención de la ansiedad, la depresión y el agotamiento profesional y para la reincorporación al lugar de trabajo de aquellos que padecen problemas psicosociales.
Señala que, si bien el nuevo marco estratégico de la UE en materia de salud y seguridad en el trabajo 2021-2027 observa que se necesitan cambios en el entorno laboral para hacer frente a peligros para el bienestar psicosocial, se centra únicamente en intervenciones a nivel individual, lo que constituye un aspecto limitado de la mitigación de los riesgos psicosociales; destacando la urgente necesidad de contar con una base común para salvaguardar la salud mental de todas las personas trabajadoras en el conjunto de la Unión, ya que no están protegidas de manera uniforme en todos los Estados miembros.
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